La La Land: Una Historia de Amor.


Por: Kevin Leanivis -

Pienso que describir La La Land, es un tanto complicado porque usualmente los musicales no son de mi agrado. Pero cuando sabes ubicar melodías, la fotografía adecuada, un óptimo guión y una gran cantidad de detalles que te atrapan en todo el entorno de la película, quiere decir que has visto un trabajo de alta calidad en todo su esplendor, que logra hacerte salir deslumbrado del cine.

La presente película ha ganado 7 Golden Globes, y no es para menos porque el trabajo que ha hecho el director Damien Chazelle ha superado las expectativas de muchos cinéfilos que, tal vez, esperaban otro musical del montón.  Pero este no ha sido el caso, con canciones propias, como el tema principal titulado "City of Stars", interpretado por Mia (Emma Stone) y Sebastian (Ryan Gosling); un dúo que ha de conocerse al principio de la cinta, de manera inusual.


Nuestra hermosa Mia trabaja en Los Angeles sirviendo café a estrellas del cine, quienes se encuentran de aquí para allá por las calles repletas de sets y sitios emblemáticos de filmes reconocidos como Casa Blanca; ella, es una aspirante a actriz, que arduamente lucha por cumplir su sueño sin importar la cantidad de audiciones de las que nunca recibe la llamada que tanto espera. Por otro lado tenemos a Sebastian, un pianista de jazz que, para sobrevivir, toca en bares y fiestas con el sueño de abrir su propio local de jazz con el fin de revivir en las calles la música que tanto ama.

Los protagonistas tienen varios tropezones, por así decirlo, hasta que se dan cuenta que entre sus diferencias y similitudes compaginan muy bien, para apoyarse y amarse el uno al otro sobre todo lo demás. De esta manera, nace una historia romántica con altos y bajos que a través de la misma nos enseña que las relaciones y el arte pueden fluir juntos, pero tarde o temprano debe abrirse a caminos que los conduzcan a alcanzar cada una de sus metas, siendo un sacrificio doloroso para todos.


Si algo posee La La Land excepcionalmente bien, más allá de su musicalización, es la fotografía. Los colores que encontramos mientras nos adentramos en la historia son atractivos para nuestros ojos, consiguiendo un equilibrio perfecto con los sonidos y vestuarios presentes. Aunado a eso, las actuaciones y bailes están bien trabajados, con algunos efectos especiales durante el largometraje que le otorga un puesto entre las mejores películas del nuevo milenio, en mi humilde opinión.

Buscarle un punto débil a la película sería algo muy difícil, porque al presenciar la proyección con cero información sobre la misma, ha sido una muy grata sorpresa por parte del director de Whiplash quien nos entrega otro fascinante y muy bien logrado filme. Una obra de arte que seguro cumplirá con hacerte reír, tararear, llorar, llenarte de esperanza y abrir tu mente hacia algo nuevo y maravilloso.


Hay que tener en cuenta cómo abordan el tema del jazz y el olvido al que lentamente ha entrado, pero que de cierta forma sigue siendo necesario para la música. Sebastian busca revivirlo, para enseñarle a Mia la importancia y el por qué debemos amar a este género musical. Por otra parte, con Mia observamos la importancia de perseverar siempre por nuestras metas y no rendirse, porque la vida tiene algo esperando por cada uno de nosotros.

Realmente esta es una película que deben ver con su pareja, familia, amigos y demás allegados en su vida, porque vale totalmente la pena. Casi seguro de que los amantes del cine, del baile o de la música se levantarán de sus butacas al finalizar la función con ansias de disfrutar el día con una sonrisa y buena voluntad.


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