Por: Kevin Leanivis - 

Bien es sabido que los juegos de terror son una parte fundamental en la historia de las consolas y la PC, y pues también actualmente en tablets, celulares, etc. Muchos de estos videojuegos nos han hecho saltar del susto, tal vez gritar o querer apagar inmediatamente nuestro TV o pantalla. Pero esa es parte de la esencia, ¿cierto? Poner a prueba nuestro valor frente a lo que se supone debería atacar nuestra psiquis y recordarnos que el miedo está en todos nosotros.

Tal vez has visto muchas películas como la Masacre de Texas, El Amanecer de los Muertos y más, solo imagina encontrar todo eso junto en un solo videojuego, henos aquí entonces para hablar de The Evil Within, el cual se presentó para dar batalla a los juegos de terror que últimamente han perdido parte de su esencia y rescatar en lo posible el género.

Junto al detective Sebastián Castellanos y algunos de sus compañeros como Juli Kidman y Joseph Oda que nos ayudarán en ocasiones a través del trayecto, iremos adentrándonos en la mente de un psicópata con el único propósito de sobrevivir a un mundo totalmente demencial y lleno de horrores que harán que tu pulso suba en menos de lo que piensas.

Como punto de partida nos encontraremos con nuestros compañeros atendiendo a un llamado desde la central de policía con respecto a una masacre en un hospital psiquiátrico el cual estaba bajo custodia policial pero no se ha recibido información de estos, al llegar a la escena nos percataremos que hay vehículos de policía en la entrada del hospital pero con las puertas abiertas y sin nadie en su interior para luego proceder al recinto, ahí lo primero que percibirán los personajes es el hedor a muerte debido a que eso es lo que se encuentra cubriendo todo.

Muerte tras muerte, empleados del hospital y pacientes de igual forma esparcidos por doquier. Sebastián pasa a la sala de seguridad para observar a través de las cámaras a dos policías huyendo de algo por un pasillo y disparando para luego observar a una figura encapuchada de blanco matándolos de un solo toque, este voltea a ver la misma cámara por la cual lo observamos y desaparece solo para darnos cuenta de que se encuentra en nuestra espalda y nos toca también. La pantalla se vuelve oscura y nada parece ser como debería ya que ahora nos encontramos en una especie de sótano colgado por los pies, en ese momento Sebastián nota que hay un ser extraño observando que decide acercarse a otro hombre colgado y con una especie de machete lo tortura hasta picarlo por la mitad y llevarse la mitad del cuerpo para picarlo en trozos como un carnicero. 

Conseguiremos desatarnos balanceándonos hacia un cadáver con otro machete clavado en su torso, para tomarlo y cortar la soga que nos mantiene colgados; en ese momento, caeremos estrepitosamente  pero sin alertar a lo que parece un hombre sádico picando gente.

En un gancho cuelga una llave que cogeremos para abrir una puerta e intentar huir sigilosamente a lo cual fallaremos por un trampa en el camino que activará una alarma, en ese instante el sádico saldrá por nuestra espalda con una moto-sierra a perseguirnos y propinándonos una cortada en una pierna para tumbarnos con ello y encerrarnos en un cuarto repleto de cuchillas giratorias que se irán acercando a nosotros poco a poco a lo que tenemos que escapar por una rejilla en el suelo más adelante, de ahí caeremos en un pozo de sangre asqueroso de donde saldremos y continuaremos buscando cómo escapar y entender esta locura mientras el sádico nos acecha en nuestro intento de escapar del hospital en todo momento.

The Evil Within salió en el 2014 para consolas de la pasada y actual generación, desarrollado por Tango Gameworks y distribuido por Bethesda Softworks, recuperando la esencia del survival horror ya que administrar nuestra munición es fundamental para no morir en mano de los enemigos.

El juego se maneja en tercera persona y nos permite ir agachados para ser sigilosos al igual que usar objetos de nuestro entorno para lanzar y crear distracciones o usar como armas. Las trampas que nos encontramos a medida que vamos avanzando podemos desactivarlas y guardar sus piezas para crear virotes que serán útiles en la Ballesta Agonía que encontraremos casi al comienzo del juego, siendo esta una de nuestras armas más importantes.

En el sistema de combate existe la posibilidad de golpear con los puños, realmente es difícil asesinar de este modo pero sirve para alejarse momentáneamente de los enemigos que suelen devolver el golpe, también tenemos la posibilidad de llegar por la espalda y liquidar con sigilo para no gastar munición teniendo en cuenta un símbolo de un ojo moviéndose de un lado a otro indicando que los enemigos están observando hacia algún lugar pero no nos han visto, en el momento en que el ojo se abre más y queda fijo significa que nos han detectado y debemos estar alerta a sus ataques.

Los Bosses que aparecerán están a la altura y deberemos pensar cómo acabar con algunos de la forma más inteligente, o huir de ellos. En el juego podremos correr, pero poseemos a parte de nuestra barra de vida, otra de resistencia la cual debemos en lo posible no permitir que se baje por completo porque sino Sebastián se detendrá por cansancio y seremos totalmente vulnerables, además encontraremos frascos con un líquido verde que sirven como puntos para crear mejoras, y jeringuillas o kit de primeros auxilios para curarnos cierta cantidad de vida.

Existe una variedad de coleccionables de los que debemos estar pendientes, como archivos por cada escenario, carteles de "Se Busca" o periódicos que encontraremos en las instalaciones del hospital (lo visitaremos seguido). Recomiendo buscar un periódico y los carteles en el hospital por cada capítulo conforme vayamos avanzando.

El terror y el desespero te acompañarán en todo momento en este fantástico juego de horror con una trama un tanto extraña, pero que si decides leer un poco los documentos que consigues en el camino irás entendiendo mejor, el survival horror vuelve de manera digna para los amantes del terror. The Evil Within es una opción espléndida para poner a prueba nuestros nervios y pasar momentos como nunca jugando solos en la mera oscuridad.