La purga: Año de la elección

Por: G. J. Jiménez
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@GJjimenezG

La violencia y la anarquía cada vez cobran más espacios en nuestros días. Las armas pasan de mano en mano, entre los que no tienen límites morales y se hacen dueños de calles, barrios, zonas enteras donde manda quien puede. Esa realidad no parece tan futurista cuando se mira en los países más peligrosos del mundo.

La Purga ha llevado el paroxismo de esa violencia a la gran pantalla, presentando una América apocalíptica donde una vez al año durante 12 horas, se activa "La Purga", donde todo acto fuera de la ley está permitido.

Año de elección es la nueva entrega de esta saga, completando lo que sería una trilogía, y coincidiendo con las recientes elecciones en Norteamérica disputadas entre Clinton y Trump, lo que no es casualidad: el film nos mostrará la carrera electoral de una senadora que va en contra de todo lo que representa "La Purga" —que fácilmente podría representar a Clinton— que compite contra el Ministro  y protector de "La Purga" — según la propaganda americana podría identificarse con Trump—.

Es notable como la política es aprovechada en la gran pantalla como medio de expresión y de mercado. Inclusive dentro de los fines comerciales evidentes, DeMonaco se atreve a mostrar una faceta poco desarrollada en las otras cintas: el aspecto político y social de "La Purga". 

Elizabeth Mitchell, conocida por su trabajo en múltiples series y películas para televisión, interpreta a la Senadora Charles Roan, una mujer que después de una terrible experiencia en una purga donde pierde a su familia, decide involucrarse en la política e ir en contra de esta tradición impuesta por los llamados Nuevos Padres Fundadores. Junto a ella Frank Grillo  volverá en el papel de Leo Barnes, esta vez no como un vengador, sino como el escolta de confianza de la Senadora. Los Nuevos Padres Fundadores al ver que sus planes son interferidos por Roan, deciden eliminarla el día anual de "La Purga".

Mucho más que sangre

James DeMonaco ha logrado materializar un trabajo diferente. Ya no son locos matándose en un día que todos sus viles deseos son permitidos, esta entrega va más allá, aun, que la segunda secuela donde se puede ver un poco más del trasfondo del mundo de La Purga.

El trabajo está en un punto donde no termina de ser una u otra cosa. Hay violencia, pero no tanta como en las anteriores, hay momentos que te harán saltar, pero no es un film de terror; el trasfondo, el argumento de la historia esta vez tendrá mucho más contenido, pero tampoco estamos hablando de una distopía post-apocalíptica de gran profundidad; todos los elementos políticos y sociales que se asoman, no pasan de ser consecuencias superficiales. 

Hicieron de la muerte una fiesta

Racismo, clasismo, religión, asesinatos, engaño, son tan solo algunos de los elementos políticos y sociales que veremos, sumado al sectarismo y objetos parecidos a la estética con la que se identifica a la Alemania Nazi, máscaras que representan a los viejos Padres Fundadores, armas y ropas extravagantes —o disfraces—.

También estarán los héroes que viven bajo la miseria, entre ellos está Betty Gabriel, interpretando a Lanney Rucker, una mujer que sale el día de "La Purga" con un carro para cuidar a los menos favorecidos y que fue criada por Joe Nixon — cuyo actor es Mykeltyi Williamson, mejor conocido como Bubba en Forrest Gump —, el dueño de una tienda a quien se le ha vencido su seguro de la purga y decide quedarse cuidando su propiedad. Joseph Julian Soria será Marcos, un joven Mexicano que fue protegido por Joe cuando logró entrar a los Estados Unidos y que acompañará a su amigo en la noche de "La Purga". 

El Telón se ha levantado

No hay dónde esconderse cuando la purga comienza, lo mejor es estar preparado. Los menos favorecidos se verán atrapados al no tener recursos para protegerse mejor y las bandas desatarán toda la furia acumulada por 364 días de orden y ley.

Queda ver si DeMonaco decide hacer una cuarta parte, donde termine de desarrollar ese mundo que grita por salir y darse a conocer. 


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