Stranger Things es una serie de Netflix de la cual no sabía nada. Simplemente me recomendaron verla y eso hice. Sin ver tráilers previos, sin ver pósters. Afortunadamente, no hubo pérdida y me entretuve a lo largo de los 8 capítulos que componen la serie.

El primer capítulo abre con un grupo de niños de la década de 1980. Nuestros protagonistas se encuentran jugando Dungeons & Dragons y derrotando al Demogorgon, justo antes de ser interrumpidos por la mamá de Mike Wheeler (Finn Wolfhard). Siendo muy tarde para regresar a casa, Dustin (Gaten Matarazzo), Lucas (Caleb McLaughlin) y Will (Noah Schnapps) pedalean en sus bicicletas para llegar a su destino sanos y salvos. Por desgracia, Will se consigue con un terrorífico monstruo (¿El Demogorgon?) que termina por capturar al niño.

A partir de ahí, Mike, Dustin y Lucas empiezan la búsqueda de su amigo desaparecido. Paralelamente, Joyce Byers (Winona Ryder), madre de Jonathan, junto con el Sheriff Jim Hopper (David Harbour) también buscan al niño y pronto tendrán que enfrentar horrores de otra dimensión y una organización científica misteriosa y vinculada con los hechos ocurridos.

La serie creada por los hermanos Matt y Ross Duffer, se siente como una adaptación de una historia de Stephen King, por la forma en que presentan los eventos paranormales con su toque de ciencia ficción. A la mezcla, debemos agregar elementos de películas como Super 8 y The Goonies, pero mucho más oscura, terrorífica y a veces bastante emotiva, en especial en las escenas que involucran a Winona Ryder interpretando a una madre soltera buscando a su hijo perdido.

Nancy Wheeler (Natalia Dyer), la hermana de Mike también cumple papel importante. Agregando drama a la serie en su triángulo amoroso con Steve Harrington (Joe Keery) y Jonathan Byers (Charlie Heaton). Este aspecto, a veces, se siente un poco como de novela juvenil, pero eventualmente cuando alguien importante en la vida de Nancy desaparece, ella debe involucrarse con los eventos paranormales que desataron la trama de Stranger Things.

A nivel de villanos, contamos únicamente con el Dr. Martin Brenner, interpretado por el veterano de la actuación Matthew Modine (Full Metal Jacket). En mi opinión, este gran actor no fue aprovechado lo suficiente. Si bien es importante para la trama de la serie, no tuvo suficiente tiempo en pantalla como para que el espectador sintiera algo por su personaje. Siempre se mantuvo como una figura antagónica que se mueve en las sombras, muy misterioso, pero sin impactar demasiado en los eventos que mueven la serie.

Otro aspecto importante es la ambientación de los 80's. Hay muchas referencias a la cultura pop de esa década, desde música de The Clash, hasta pósters de películas como Jaws y The Thing. La dirección de arte de Stranger Things no falló para nada. Por ejemplo, Mike tiene un bastante deteriorado manual de Advanced Dungeons & Dragons, el cual es más importante de lo que parece. Buen toque.

Para finalizar, Stranger Things es una serie entretenida, con su toque de horror muy serio, sin dejar de lado temas como la amistad y las relaciones familiares que dan un nivel de profundidad dramática a la historia durante sus 8 episodios. Las críticas hablan negativamente de algunas actuaciones, pero por esa parte no vi demasiadas fallas. Si bien no hay un actor o elemento de la historia que sea extremadamente sobresaliente, es la suma de todas las partes lo que hace que Stranger Things sea el nuevo mega-hit de Netflix. La recomiendo 100%.