Por: Norlando Zapata-
@Norlo28

Debo admitir que los juegos de rol me apasionan. Esos bonitos manuales, llenos de reglas e ilustraciones  detalladas que se supone que deben ayudarte a recrear un mundo fantástico en tu mesa. No necesitas consola, computador, tarjeta gráfica costosa... Solo manuales de reglas, dados, lápiz y papel. Al menos eso es lo que espero de un juego de rol, en contraste con juegos de miniaturas de mesa, donde me gustan modelos increíbles acompañados de escenografía a escala.

En entradas pasadas me expresé acerca de algunos juegos y sistemas de rol que me encantan. Esta vez hablaré de Pathfinder, el robusto sistema de fantasía medieval que emula la edición más famosa del Dungeons & Dragons, (3.5). Luego de jugar 5 sesiones en una campaña oficial de Paizo, puedo dar algunas opiniones acerca de este maravilloso juego, así que la reseña será por partida doble, tanto de las mecánicas cómo de la historia de la campaña Rise of The Runelords.

Para empezar, Pathfinder cuenta con un ENORME libro de reglas (575 páginas), aparentemente nada amigable y muy pesado. La introducción es bastante amena y las reglas en principio pueden ser intuitivas, pero conforme vas avanzando la cantidad de información va complicando la comprensión de las mismas. Una que otra ilustración adorna el viaje a través del texto y a veces ejemplifican lo que quiere representar el sistema en la mesa.

La creación de personajes es bastante compleja, existiendo una gran cantidad de decisiones que tomar para llevar a la vida el concepto que llevas en mente para tu héroe. Desde habilidades de combate, hasta capacidades sociales, lenguajes, sexo, altura son solo algunos detalles que conforman al personaje que estás creando. Por supuesto, las clases clásicas de fantasía épica se encuentran presentes; Bárbaro, Bardo, Clérigo, Hechicero, Mago, Pícaro, Guerrero, Druida son las opciones disponibles (pero no las únicas en Pathfinder) y las razas son mediano, elfo, humano, semi-orco, semi-elfo y enano, aunque esto se expande con los bestiarios y manuales.

El grueso del tomo principal de Pathfinder está compuesto por una enorme selección de magias y obviamente, reglas de combate, que es lo más emocionante en una historia de fantasía épica. En esto último, Pathfinder adopta un estilo muy "simulacionista" abarcando en reglas casi cualquier posibilidad que pueda ocurrir a los jugadores.

Finalmente, el libro de reglas enseña al "gamemaster" a narrar su historia correctamente, algunas técnicas para crear NPCs, trampas, historias en diferentes ambientes, etc.

Eso fue, en resumen, lo que pasé algunos meses leyendo para poder prepararme como narrador. Obviamente, eso no evitó que cometiera un montón de errores en algunas de las reglas.

Para mi primera partida "seria", además tuve que leer la primera parte del Adventure Path de Paizo, Rise of The Runelords. Una serie de seis historias largas que se entrelazan entre sí y crean una gran historia épica, ambientada en el mas típico ambiente de fantasía medieval.

El primer capítulo, llamado Burnt Offerings, empieza con un pequeño resumen de la historia. Profundiza en el
pasado de Nualia, la villana y su relación con el pueblo de Sandpoint, donde comenzará el viaje de los héroes en la campaña. Cabe destacar que es sugerido que conozcas tanto las reglas como Golarion (el mundo ficticio). Por esa parte, es una tonelada de lectura, pero puedo dar fe que vale la pena.

Hablando de la historia en sí misma, es bastante libre. Los eventos ocurren de forma natural a medida que los jugadores vayan explorando Sandpoint. Algo importante es que hay una gran cantidad de NPCs en el pueblo. Desde tenderos, hasta herreros, escribas, nobles y todo tipo de comerciantes, todos con sus propias curiosidades y trasfondo para hacerlos bastante memorables. Algunos de ellos tomarán parte importante en Burnt Offerings o aventuras futuras, por lo cual el narrador debe prestar atención y, de ser posible, llevar una guía para no perderse entre tantos personajes diferentes.

La acción de Burnt Offerings ocurre usualmente dentro de algún tipo de calabozo o edificación, dando la sensación de exploración clásica del Dungeons & Dragons. No obstamte, la campaña se desempeñará en otro tipo de ambientes e involucrando otro tipo de temas, como asesinatos, asaltos a castillos y un asalto de dragón a una población en peligro.

Un detalle que complica la narración de Rise of The Runelords son los intrincados mapas que hay que explorar. No hay en existencia mapas de combate a escala real que acompañe las aventuras, por lo cual debes dibujarlos tu mismo, haciendo que pierdas bastante tiempo en preparación, o en la misma sesión si usas una battlemat, como yo.

Otro punto que torna fastidiosa la narración es que la información detallada de cada monstruo se encuentra en los bestiarios producidos por Paizo y no vienen impresos en el libro de Rise of The Runelords. Eso puede hacer que pierdas tiempo buscando cada vez que los jugadores se encuentren con un enfrentamiento.

Para finalizar, debo decir que Pathfinder no es un juego para gente desorganizada ni tampoco débiles a la
hora de leer. Hay que pasear por las reglas y mucho, reiteradas veces para más o menos internalizar el sistema. Afortunadamente, algunas cosas son muy orgánicas e intuitivas, haciendo mucho más posible el aprendizaje de mecánicas de forma progresiva.

Con respecto a Rise of The Runelords, admito que su primera parte, Burnt Offerings, es excelente y bien estructurada. Muchos roleros de la vieja escuela podrán estar aburridos de los goblins, pero en esta aventura tienen un papel interesante y con uno que otro giro inesperado. Hay profundidad y además, las acciones de cada jugador impactarán por el resto de la campaña.

Pathfinder Core Rulebook y el Adventure Path Rise of The Runelords son excelentes libros para adquirir si planeas darle su uso. 1000% recomendados. Pronto escribiré más acerca de mi experiencia con la campaña y como se va desarrollando.