Goosebumps (Escalofríos en Latinoamérica) es una película del 2015 dirigida por Rob Letterman, basada en la serie de libros de terror para niños del mismo nombre, creados por R. L. Stine, que fueron muy famosos en la década de los 90. 

La historia comienza cuando el joven Zach Cooper (Dylan Minnette) y su madre se mudan desde Nueva York al pequeño pueblo de Greendale. Llegando a su nuevo hogar, Zach conoce a su nueva vecina, Hannah (Odeya Rush) y a su extraño y sobre protector padre, quien resulta ser el mismísimo R. L. Stine (Jack Black) autor de una famosa serie de libros de terror para niños. Con el tiempo, Zach descubre la razón por la que el padre de Hannah es tan extraño, y es que cada una de las criaturas creadas por él se hicieron realidad y vivían atrapadas en unos libros hasta que por error Zach libera a la más desquiciada de todas... El demente títere, Slappy (cuya voz también es de Jack Black), quien busca vengarse de su creador. 

Como ya deben suponer Zach, Hannah, Stine y Champ (un compañero del colegio de Zach) deben unir fuerzas para salvar al pueblo de la venganza de Slappy. 

Si bien la película no es exactamente merecedora de un Oscar, considero que fue muy divertida y entretenida. El estilo es muy parecido al de la primera Ghostbusters, de hecho desde el comienzo me pareció que tenía un aire bastante similar al de las películas de fantasía de los 80's y comienzos de los 90's. 

Me encantó que seleccionaran a Slappy como villano principal y debo admitir que su aspecto es bastante terrorífico en comparación con las demás criaturas que salen de los libros. 

La verdad es que el film me resultó bastante cómico e incluye varias referencias, que de entenderlas, hacen que la película sea mucho más entretenida. 

Además, cuenta con uno de los cameos más brillantes que he visto últimamente, pues casi al final de la película R. L. Stine (interpretado por Jack Black) se cruza con un profesor sustituto de teatro llamado Mr. Black , quien es nada más y nada menos que el verdadero R. L. Stine. 

Más allá de las pequeñas fallas de guión y una que otra actuación deficiente, creo que esta es una película divertida y que vale la pena ver. Además, puede ser disfrutada por toda la familia (aunque advierto que en algunas escenas Slappy puede ser algo aterrorizante como para niños muy pequeños).